La riqueza cultural que se viven en esta zona es impresionante. Miles de personas cruzan las fronteras en ambas direcciones. La mayoría, para comerciar. Indigenas que con sus característicos atuendos y sus acentuados rasgos dan color a cientos y cientos de puestos que venden todo lo imaginable. La estampa es maravillosa para aquellos que puede ver la profundidad de lo que se presente ante los ojos.
Tras el control y visado, pasamos el puente fronterizo para ir en dirección a la Paz. Bordeamos el impresionante lago Titicaca, desde donde nos observan los majestuosos Andes, mientras, miles de vacas sueltas visten los bellos prados. Aquí cuesta respirar, estamos a 4200 metros de altura, los nativos nos recomiendan que mastiquemos hojas de coca para el mal de altura. Los oídos su taponan y comienzan los mareos en algunas personas del equipo. No comentan que necesitaremos un par de días para la adaptación, esperemos que sea pronto, en breve tendremos talleres, canciones y conferencias.
Recorriendo 13 países de Latinoamérica