El último fin de semana de octubre estuvimos en Madrid hablando de trata de personas a través de música e historias.
Reencontrarnos con comunidades que nos han apoyado durante años es reconfortante. Transmitir la urgencia de invertir en la lucha por los derechos humanos y recordar que hablamos de personas con nombre y apellidos refuerza nuestra visión.
Nos sentimos profundamente agradecidos por ser parte de un equipo maravilloso que sigue implicado año tras año, sumándose y haciendo posible dearrollar nuestra misión.