Después de algunas horas en coche hacia el interior, llegamos a Dobra. En medio del campo nos encontramos con una pequeña escuela que ha sido transformada para acoger a familias que huyen de la guerra. Los voluntarios cocinan, limpian, ayudan con los trámites de documentación y hasta ofrecen clases de música. Nuestro guía, que es parte del equipo de #colorUcrania, se acerca para ofrecer servicios de peluquería para todos. Conocemos a estas personas y sus historias mientras compartimos un tiempo de calidad con ellos, necesitados de atención y cariño en medio de unas circunstancias tan terribles e inesperadas.