Seductor impaciente con derecho a violar
Buscador de experiencias y de fantasías
Agresor escondido bajo su libertad
Sin conciencia que escuchar, solo importan sus deseos
Y esa pobre marioneta que no puede escapar
Va mostrando su careta
Maquillada de abandono y de soledad
Espectador asustado que prefiere no mirar
Con el alma sumida en un fácil letargo
Testigo que huye de otra dura realidad
Solo quiere conservar su estado de bienestar
Enredada en esta noria de egoísmo y falsedad
Ella escribe sus memorias
Con su llanto resignado, en la barra de algún bar
Y yo, con vergüenza, rabia, tristeza
Y yo, con fuerza, esperanza y mi voz
Y amor que se cuela en cada nota
Cantaré por su libertad