Después de un día lleno de naturaleza bajo el volcán de Ibambura nos dirigimos al Centro de adicciones Nueva Vida, donde un grupo de personas proveniente de diversos países y con un pasado difícil nos esperaba para compartir. En un espacio íntimo, historias y canciones le pusieron palabras a muchas sensaciones y vivencias de los hombres y mujeres que allí se encontraban. Tras ese tiempo, cenamos juntos y tuvimos tiempo para conectar y conversar en una noche impactante para todos.